El regreso de a su mejor forma en el momento más oportuno
Por Rob Vanstone, Publicado el: 2 de febrero de 2018
Regina Kali Christ celebró una gran victoria antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018.
Ella fue capaz de vencer una lesión persistente en la cadera en la ruta del equipo canadiense de patinaje de larga distancia que competirá en Pyeongchang, Corea del Sur.
El problema de la cadera se remonta a enero de 2016, cuando Christ sufrió un estiramiento del ligamento sacroilíaco en la cadera izquierda. Como resultado, sentía fatiga en la pierna izquierda mientras patinaba. La situación tomó un año y medio para resolverse y le significó perderse la mayor parte de la temporada 2016-17.
«Tuve que pelear más conmigo misma de lo que suelo hacerlo», recuerda Christ. «Tuve un año y medio sin saber si podría patinar y luego comenzar el tratamiento. Tan pronto como comencé con la proloterapia (para fortalecer el ligamento), podía sentir que podía patinar más y más.
«Yo sabía que estaba funcionando. Fué solo una cuestión de «¿Será lo suficientemente bueno para estar a tiempo para la Olimpíadas de Invierno?»
!“Pensaba tanto en esa pregunta, que llegué a sentir cierta angustia”!.
«Fue un verano realmente duro», dice Christ, de 26 años del Regina Speed Skating Club que entrenó en Calgary.
«El año pasado no fue tan malo, porque estaba a un año de los Juegos Olímpicos. Estaba haciendo un montón de entrenamiento sin hielo, haciendo ejercicio y sabiendo que aún tenía tiempo. Pero a medida que el tiempo se hizo más y más corto, comencé a enloquecer.
«Definitivamente tener a alguien con quien hablar y planificar, y tener a mis entrenadores y fisioterapistas y todos asegurándome que veían el progreso que había estado haciendo, y que lo que yo estaba pensando sobre lo que “debería estar haciendo, fue muy útil».
También lo fue un psicólogo deportivo y el hecho de que Christ entrenó rutinariamente con patinadores varones.
«Yo era la única chica en mi campo de entrenamiento», señala. «Los chicos son geniales y nos llevamos muy bien. Siento que aunque soy más lenta que todos ellos, siento que me aceptan como si tuviera algo que ofrecerles también.
«Realmente me ayudó a no tener a nadie con quien comparar mi velocidad sino que debía estar comparándome conmigo misma, día a día». Me estaba comparando con lo que podía hacer el día anterior. Las partes más difíciles fueron cuando en nuestro equipo hacíamos prácticas de persecución, puesto que de cuando en cuando pensaba: “Sé que debería ser mucho mejor que esto”.
«Estaba tratando de convencerme a mí misma de que: “No, en realidad te mantuviste con todos. Todavía no puedes ser la lider, pero te mantuviste con todos e hiciste todo el programa. No eras capaz de hacer esto hace apenas dos semanas”.
De forma inquietante y algunas veces dolorosa, Christ progresó hasta el punto en que ella pudo ser parte del equipo de la Copa del Mundo.
En Diciembre pasado, durante la Copa del Mundo en Calgary, ayudó a Canadá a ganar una medalla de bronce en la persecución por equipos, además de competir individualmente en los 1.500 metros.
Mejor aún, calificó para su segunda Olimpiada consecutiva.