Pain week 29 de Enero 2018
Un estudio encuentra una mejoría generalizada en el dolor debido a la reducción de la obesidad.
Los resultados del Michigan Medicine’s Chronic Pain and Fatigue Research Center (Centro de Investigación del Dolor Crónico y la Fatiga de la Medicina de Michigan) han arrojado nueva luz sobre la conexión entre el peso corporal y el dolor. El investigador Andrew Schrepf, PhD, señaló que aunque se ha encontrado una asociación positiva entre el sobrepeso y el dolor crónico, «… la suposición siempre ha sido que el dolor va a estar en las rodillas, caderas y parte baja de la espalda, que son partes del cuerpo que soportan peso” están». Sin embargo, los hallazgos del trabajo realizado por el Dr. Schrepf y sus colegas sugieren que incluso una reducción del 10% del peso en pacientes obesos resultó en menos dolor en estas áreas, pero también en brazos, pecho, la mandíbula y el abdomen, así como un mejor nivel cognitivo, más energía y una mejor salud mental. Schrepf continuó: «Lo que creemos que eso significa es que el proceso de perder peso puede estar afectando los mecanismos centrales del control del dolor, relacionados con el cerebro y la médula espinal». Los hallazgos aparecen en Journal of Pain.
En el estudio, se evaluaron 123 participantes durante un período de 12 semanas en el que se los sometió a una dieta baja en calorías y se les dio instrucciones para aumentar la actividad física. Del régimen, Amy Rothberg, MD, PhD, profesor asociado de ciencias nutricionales de endocrinología en la University of Michigan, señaló: «… las personas tienen, paradójicamente, más energía, con una dieta de bajo consumo energético y descubren que después de comenzar a perder peso, pueden hacer más cosas y son más activos físicamente». El equipo de investigación estudió la condición de los participantes durante el período de 12 semanas, utilizando los criterios de evaluación de la fibromialgia. 99 sujetos lograron perder el 10% o más de su peso corporal, y esta cohorte informó una mejoría significativa en los niveles de dolor en comparación con los sujetos que no bajaron de peso. Las muestras de sangre del 25% de los participantes también mostraron una mayor concentración de moléculas antiinflamatorias después de la pérdida de peso.