Cuando tienes dolor y el médico te dice que eso “no es nada”
Por Juan Carlos Vargas
El dolor es una sensación molesta, personal e intransferible, lo que quiere decir que “nadie la puede sentir por ti”.
Es desagradable, por no decir frustrante, cuando después de realizar exámenes médicos y de imágenes, el médico se acerca y te dice: ¡“Eso no es Nada”! y lo peor es cuando escuchamos la fatídica sentencia: !Debe ser el STRESS!
Te quedas mirándolo y no sabes si responderle de mala forma, si cuestionar su capacidad o, en última instancia su falta de compasión.
¿Cómo es posible que Usted me diga que “eso no es nada”?. Usted no está dentro de mí, Usted no sabe de mis amarguras ni desvelos; de mis quejas y mis lamentos…oh pero usted si es bárbaro!
Cada día, entra alguien a nuestra oficina, contándonos que su (s) médico (s) anterior (es), les han dado respuestas bastante similares a: ¡Usted no tiene Nada!
El dolor, además de lo dicho anteriormente, tiene la interesante característica de que no se puede ver ni medir, por lo que tiene cierta dosis de subjetividad.
Es bien sabido que no todos tienen el mismo tipo, grado, intensidad, tiempo, localización, etc, de dolor. Además, hay que tomar en cuenta el bastante comentado “umbral del dolor”, del que todos parecemos expertos, pero que, en realidad, poco se entiende y grande sigue siendo el misterio que se esconde detrás de esa palabra.
El Dolor, sigue estando lleno de incógnitas, cosas irresolutas, atajos tortuosos, variables no necesariamente medibles, etc.
Se sabe que la condición de equilibrio y estabilidad emocionales, juegan un papel importante en la manera en que sentimos y manejamos el dolor; y, que, por su parte, el dolor, en sí mismo, influencia nuestro equilibrio y estabilidad emocionales. Son estados que se abrazan estrechamente y a veces es difícil reconocer quién abraza a quién.
PERO, llegar a decir: ¡Usted no tiene NADA o tal vez peor, a Usted NO le pasa NADA!.
Creo que deberíamos insistir un poco más, conocer un poco más, profundizar un poco más, por supuesto descartando que estemos frente a alguien con somatizaciones etc., pero teniendo cuidado con ASUMIR DE FORMA prematura que esta es la condición.
Estamos frente a personas, con pasados y presentes, ilusiones, anhelos, desencantos, heridas, triunfos y derrotas, que sienten, aman y padecen; con historias personales e irrepetibles y que acuden a nosotros buscando ser escuchados, comprendidos, atendidos, etc. Muchas veces, sólo este interés, va siendo como bálsamo en la vida de los pacientes.
Los médicos no vemos una radiografía, no tenemos delante de nosotros a una Resonancia Magnética, ni siquiera a una espalda que duele, unas rodillas que no las aguantan…!Tenemos a un paciente con DOLOR!.
Cuando le digan que Usted “No tiene NADA”, examínese por dentro, haga un profundo escrutinio y autocrítica, y si siente que debe buscar otra opción…siga sus corazonadas y sus pensamientos…es muy posible que les conduzcan a “frescas aguas y verdes prados”.
En lo personal, mi dolor, me ha hecho más compasivo y mucho más sensible al dolor ajeno. ¡Los tortuosos e impredecibles caminos de Dios!