Por Juan Carlos Vargas
Es bastante frecuente que cuando hacemos la historia clínica a nuestros pacientes, estos nos cuenten que, a muchos de ellos, algunos de los médicos que les han visto, les hayan exhortado a que deben de: “aprender a acostumbrarse a vivir con el dolor”.
No me cabe en la cabeza que sea posible que aún en el siglo XX1, se continúe con esa odiosa expresión, ruidosa al oído y cruel al corazón, que puede significar desdén, hastío, ignorancia o en el peor escenario, insensibilidad.
¿Cómo es posible, que le dictemos esa horrible sentencia (de que debe de “acostumbrarse al dolor porque no hay nada más que hacer), a quien viene padeciendo hace semanas, meses o años, de una dolencia que limita sus movimientos, reduce la funcionalidad, y, en última instancia, hace miserable su calidad de vida?.
De seguro que quien se decide ir al médico por dolor, viene triste, abatido, con cierto grado de angustia, ansiedad y hasta desesperación puesto que ha probado más de un par de medicinas recomendadas por un pariente, un amigo, o incluso alguno que otro médico; es bastante probable, que ya haya tomado analgésicos, antiinflamatorios, terapias físicas, le hayan infiltrado cortisona y en casos extremos, hasta le hayan propuesto cirugía. Y es aún más preocupante escuchar que los otros médicos que han visitado, han seguido repitiendo el mismo esquema y las mismas pautas, y que estos no han tenido efectos beneficiosos, o los mismos han sido sólo temporales.
Se dice fácil: “Acostúmbrese a vivir con ese dolor”, pero, de verdad que ¿es esta una buena opción?, ¿debería recomendarse esto a alguien?. ¿por qué debería de acostumbrarme a vivir con una adversidad que no es parte de mí?, ¿cómo es posible que exista esa falta de sensibilidad de parte de quienes estamos llamados a cuidar y velar por la salud integral, de quienes se han puesto en nuestras manos? ¡Qué fácil resulta para quien no tiene una historia de dolor, recomendar a otros, aceptar vivir con dolor!
Si usted es los muchos a quienes se les ha aconsejado “aprender a vivir con dolor”, es tiempo de buscar otras opciones.
En el Centro de Proloterapia Intensiva y Medicina Regenerativa, nos ponemos a su disposición para dar lo mejor de nosotros en hacer de su vida más plena y satisfactoria. Únase a los miles de pacientes que han encontrado en la Proloterapia y la Medicina Regenerativa, la solución o el alivio significativo a su dolor.
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