Con autorización de Ross Hauser y Caring Medical
La osteoartritis de la articulación acromioclavicular es una enfermedad degenerativa donde el revestimiento del cartílago articular de los huesos de la articulación acromioclavicular se desgasta con el tiempo. En esta condición, hay inestabilidad del hombro lo que produce rechinar y dolor.
La articulación del hombro es una conjunción de tres huesos, la escápula (omóplato), el húmero (hueso del brazo) y la clavícula (clavícula). La escápula y la clavícula se reúnen para formar la parte superior o el techo del hombro y se llama el acromion. La articulación donde se unen el acromion y la clavícula es la articulación acromioclavicular o la articulación AC.
La osteoartritis de la articulación acromioclavicular (AC) puede desarrollarse como resultado de una dislocación crónica del hombro o un desgaste normal en el paciente envejeciente por efecto de cargas pesadas en deportes o trabajo en rotación de hombros.
Durante las primeras etapas, la artrosis articular AC suele manifestarse con sensibilidad y dolor en la parte frontal del hombro alrededor de la articulación. El dolor empeora cuando el brazo se extiende a través del pecho, ya que este movimiento comprime la articulación o cuando el brazo se levanta. Se puede sentir un dolor vago en el hombro, el cuello y la parte frontal del pecho. La articulación afectada también puede ser desproporcionada a la articulación no lesionada, y puede encajar o hacer clic cuando se usa.
Manejo conservador y cirugía para la osteoartritis de la articulación acromioclavicular
El tratamiento habitual para esta lesión es una férula de en figura de 8 para mantener la articulación inmóvil mientras se produce el proceso de curación. Si bien la inmovilización inicial puede aliviar el dolor, el debilitamiento de los ligamentos se producirá si la inmovilización continúa indefinidamente.
Tanto la terapia física como un programa de ejercicios pueden restaurar la fuerza y la función en el hombro, pero los ligamentos lesionados pueden continuar rechinando, crujiendo, haciendo clic y causando dolor, especialmente con actividades sobre la cabeza y que llegan al pecho.
Debido a que estas actividades ponen presión sobre los ligamentos, los músculos circundantes pueden entrar en espasmos y convertirse en crónicamente dolorosas, inhibiendo la capacidad del paciente, a menudo un atleta, de usar el hombro con normalidad.
Otra práctica estándar es inyectar esteroides en el hombro o prescribir medicamentos antiinflamatorios. Sin embargo, a largo plazo, estos tratamientos hacen más daño que bien. Se ha demostrado que las inyecciones de cortisona y los fármacos antiinflamatorios producen beneficios a corto plazo para el dolor, pero ambos producen una pérdida de función a largo plazo y un dolor aún más crónico al inhibir realmente el proceso de curación de los tejidos blandos y acelerar la degeneración del cartílago.
Esto es a menudo el caso en los pacientes que han tenido varias infiltraciones con cortisona y se les recomiendan eventualmente la cirugía del reemplazo del hombro. Sin embargo, en nuestra experiencia, este tipo de cirugía es evitable. Para los pacientes que ya han pasado por cualquier tipo de cirugía de hombro y todavía tienen síntomas de dolor o inestabilidad, una opinión diferente a la del cirujano debe ser considerada, en particular con un especialista en proloterapia para determinar la inestabilidad por falla o laxitud del ligamento.
Los médicos de la Universidad Autónoma de Barcelona que escribieron en el Journal of orthopedics and traumatology examinaron el uso de la cirugía para la inestabilidad de la articulación acromioclavicular. Lo que encontraron fue una necesidad muy fuerte de prestar atención a los ligamentos del hombro.
«Se han descrito varias estrategias quirúrgicas para el manejo de pacientes con inestabilidad crónica y sintomática de la articulación acromioclavicular. El rango de posibilidades incluye técnicas anatómicas y no anatómicas, procedimientos abiertos asistidos por artroscopía, e injertos biológicos y sintéticos (para la reconstrucción del ligamento).
El manejo quirúrgico de la inestabilidad crónica de la articulación acromioclavicular debe implicar la reconstrucción de los ligamentos desgarrados, ya que se acepta que a partir de las tres semanas después de la lesión, estas estructuras pueden carecer de potencial curativo». 1
Proloterapia para el dolor de las articulaciones acromioclaviculares
La Proloterapia Intensiva así como un programa de rehabilitación pueden fortalecer los ligamentos y los estabilizadores dinámicos del hombro (músculos del manguito de los rotadores). El dolor crónico es más comúnmente debido a la debilidad de los tendones y los ligamentos o deterioro del cartílago, como es el caso en el síndrome de la articulación acromioclavicular.
La proloterapia es un tratamiento de inyección regenerativo, que es lo que necesitan las estructuras degeneradas. En nuestra oficina, el hombro es una de las áreas más comunes que tratamos.
Cuando se trata de buscar opciones no quirúrgicas en el tratamiento del dolor de hombro crónico o difícil de tratar, los pacientes frecuentemente se encuentran investigando nuestros tratamientos de inyección de Proloterapia Intensiva que incorporan diversos tratamientos que incluyen la Terapia con Células Madre, la Terapia con Plasma de Plaquetas Ricas y la Proloterapia con Dextrosa.
Referencias
1 Cisneros LN, Reiriz JS, Management of chronic unstable acromioclavicular joint injuries. J Orthop Traumatol. 2017 Mar 8.